El vuelo original fue cancelado y nos reprogramaron, no se respetó nuestra clase de boleto. Nos trataron como ganado y no tuvimos derecho a ninguna comodidad o comida a bordo a menos que pagáramos por ello, y esto es volar en clase ejecutiva de Bogotá a San José. Supongo que el resumen sería: ¡Avianca nunca más!